EL NUEVO FRANCISCO

A mas de una semana de uno de esos días que no voy a olvidar nunca en mi vida.
Si... me llevó más de una semana asimilar una experiencia gloriosa que una vez más me demuestra la presencia de Dios en mi vida y me hace estremecer de felicidad y de alegría.

Y tengo TANTO que decir sobre este tema que les pido que se armen de paciencia porque voy a empezar desde el principio...

1) Francisco para mi nunca fue un nombre cualquiera, por el contrario siempre fue un nombre muy especial que me corre por las venas porque define a mis ancestros, mi familia actual, mi ADN y mi personalidad. Francisco es mi bisabuelo Pancho, Francisco es mi extrañado abuelo Paco, Francisco es mi admirado papá y Francisco es mi amado hermano. Mis hombres más queridos junto con mi marido. Y tal vez por eso, siempre me interesé mucho por la vida y obra de San Francisco de Asis que me conmovió desde la primera vez que vi la película "Hermano Sol, Hermana Luna" cuando tenía 7 u 8 años. (Lindísima, veanla...)

2) San Francisco de Asis fue un hombre que renunció a la gran riqueza de su familia para dedicar su vida entera al servicio de los pobres, enfermos y desamparados. Su familia no lo comprendía, el mundo lo miraba con burla y risa y la Iglesia, estando debil y sesgada por una exacerbada opulencia, temía que las ideas revolucionarias de este andrajoso hombre atentaran contra su tremendo poderío. Pero el riesgo de ser declarado hereje no detuvo el accionar de Francisco. Él insistió mucho hasta que consiguió una audiencia con el Papa Inocencio III para pedirle el reconocimiento de su nueva Orden. El Sumo Pontífice lo escuchó atentamente pero no pudo darle una respuesta inmediata a su pedido. Inocencio III dudaba y temía mucho en reconocer a Francisco y sólo se dedicó en rezarle a Dios y al Espíritu Santo para que lo guiaran en su decisión al respecto.
Durante una de las noches siguientes, Inocencio III tuvo un sueño: soñó que la Basílica de San Juan Letrán temblaba y crujía a punto de derrumbarse íntegramente... pero de repente, en el medio del caos y el estremecimiento, se acercaba un hombre pequeño y harapiento que con sus hombros y brazos sostenía las columnas de la Basílica y las mantenía a pie con sus fuerzas evitando que se caigan a pedazos.
El Espíritu Santo se había revelado en el sueño: Francisco era el hombre que iba a sostener a la Iglesia entera. Y así fue... y así seguirá siendo.

3) A los 20 años hago mi primer viaje a Europa con mi hermana Feli y mi tia Mariren que nos invita. Entre ciudades maravillosas, experiencias nuevas y un gran descubrimiento artístico, nos encontramos una tarde viajando por una ruta de la Toscana a eso de las 6 de la tarde. El día había sido largo y mi hermana y yo estábamos agotadas, casi dormidas, mientras mi tía manejaba y nos trataba de mantener despiertas con su voz alegre y entusiasta. De repente dijo: "Chicas! Miren ese cartel! Dice que estamos a 30 km de Asis, vamos a visitar la ciudad de San Francisco!" Mi hermana y yo nos miramos con resignación sabiendo que, aunque ninguna de las dos queríamos hacer ni una sola parada más, mi tía ya había girado en torno a la rutita que nos llevaba a las tierras de San Francisco.
Yo estaba en otra, haciendo un viaje en el que alucinaba con la arquitectura del viejo continente, el arte y la gente... pero para ser sincera, estaba muy alejada de las ganas de conectarme con mi religiosidad en un día gris y lluvioso como ese y en el que mi cuerpo pedía a gritos una cama YA.
En fin... llegamos a Asis, nos estacionamos, bajamos, nos mojamos y así empezamos a caminar a paso rápido hacia la Basílica de San Francisco. Yo quería terminar con el trámite, mi objetivo era que sea rápido y conciso.
Estaba hasta un poco desilusionada porque la Basílica ni siquiera me pareció gran cosa por afuera, y así completamente desganada crucé los portones de esa Iglesia e inmediatamente sentí un fuertísimo escalofrío que me recorrió todo el cuerpo y terminó en mi cerebro. De repente me sentí abrumada, una sensación inexplicable que todavía no entiendo. Con cada pequeño paso que daba mi cuerpo se estremecía más de un ardor dulce que parecía que me elevaba. Es muy dificil describirlo... no pude más que largarme a llorar de alegría porque lo estaba sintiendo a Dios adentro mío. A los que les haya pasado tal vez me entiendan, y a los que no, tendrán que confiar en lo que digo. Me acuerdo que recé durante un momento que pareció eterno. Estaba arrodillada frente a la tumba de San Francisco y le agradecía a Dios infinitamente por bendecirme con su presencia y por manifestarse en todo mi cuerpo y mi alma como lo estaba haciendo... y lloré muchísimo. Lloraba de alegría y de una felicidad incontenible que ya la reconozco porque no fue ni la primera, ni la última vez que la he sentido.
Nada... que les puedo decir? creo que no estoy loca, creo que lo que sentí fue verdadero... y repito, lo he sentido otras veces y lo sigo sintiendo.
Salimos de la Basílica y de repente la volví a mirar con los ojos bien abiertos. No era fea, era preciosa. Era bellamente simple, austera y su presencia era humilde y amorosa. A simple vista, tal vez era un edificio despojado y andrajoso como alguna vez lo fue el Santo que yace adentro, pero por adentro era un lugar tan fuerte y poderoso que te elevaba el alma y el corazón ante la abrumadora presencia de Dios y de su servidor, mi querido San Francisco.
Afuera el cielo se había despejado y un arcoiris perfecto enmarcaba el atardecer rosado en el horizonte toscano. Miré ese cielo dibujado e inmediatamente supe que Dios no estaba solamente en la Basílica, sino que estaba en todos lados, siempre al lado y adentro mío.
Sé que todo puede sonar difícil de creer, pero se los cuento porque me parece importante y lindo compartirlo.

4) Hace dos semanas me llama mi querida tía Mariren (si, la misma!) y me dice: "Que haces en Londresss?? Por qué no estás en Roma siendo testigo del Cónclave y de la elección del próximo Papa?? Como no vas a ir a un evento tan importante?" y la verdad... no sabía qué responderle porque ni se me había ocurrido. Me sentí un poco vanal, demasiado ocupada en otras cosas menos importantes... pero la idea me quedó dando vueltas en la cabeza.
Al día siguiente, 13 de Marzo, me entero de que Jorge Bergoglio era nuestro nuevo Papa, el primer latino y argentino. No podía creerlo! El Espíritu Santo lo había escogido. Y no solo eso... sino que además Bergoglio había elegido el nombre: FRANCISCO. Me alegré y emocioné muchísimo! y no dejé de notar la "coincidencia": otra vez mi tia me estaba empujando para que vaya a verlo a Francisco.
Le mencioné a Joaco la conversación con mi tía y él no dudó en aconsejarme que me vaya URGENTE a Roma y hasta me ofreció regalarme el viaje como regalo de aniversario por nuestros 4 años de casados. Divino :)

5) Me fui a Roma, llegué el domingo 17. Me instalé en un hotelito a dos cuadras del Vaticano y ahí la esperé a mi amiga Pili que accedió a acompañarme a Roma para vivir esta experiencia conmigo. Domingo y lunes nos dedicamos a pasear por esa ciudad milenaria, mágica y majestuosa que ya me resulta agradablemente familiar a la vista y a todos los demás sentidos. El humor de Roma estaba exaltado, festivo. Lleno de gente de todo el mundo y especialmente lleno de latinos caminando por las calles con las distintas tonadas del español chileno, peruano, mexicano, colombiano y por supuesto el acento argentino que resaltaba orgulloso en nuestros oídos. Escuchábamos las conversaciones de la gente por las calles y nos reíamos al notar que todo el mundo hablaba de Dios, de la Iglesia y de otros temas teológicos que nosotras también compartíamos. La Fontana de Trevi y el Pantheon pasaban casi desapercibidos. Grupos de gente paseando mientras rezaban el rosario... y las esquinas deambuladas por Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Monjas de todo el mundo. Muy lindo.
Mientras tanto la televisión italiana no hablaba de otra cosa más que de los gestos de humildad y simpleza del nuevo Papa Francisco. La repercusión era tan grande que hasta los funcionarios públicos declaraban ante los medios sus intenciones de imitar la austeridad de este LIDER que en pocos días ya tenía al mundo entero revolucionado por negarse a los anillos de oro, las cruces macizas, el trono y todos esos lujos del poder que muchos otros quieren alcanzar a costa de dedicar sus vidas al delito.

6) Llegó el martes 19, día de la Misa de Entronización, el evento por el cual habíamos ido. Nos despertamos a las 5 am y salimos disparadas con provisiones, Bandera Argentina y mate a representar orgullosas en la Piazza el apoyo nacional a Bergoglio, mi gran orgullo argentino. La entrada a la Piazza fue caótica como no podía ser menos, los numerosos grupos de monjas estaban más desesperadas que las fans de Luis Miguel corriendo para entrar a su camarín. Completamente desquiciadas! Nos pisaban, empujaban y hasta se hacían las descompuestas para pasar primero y después, a los dos segundos, te las encontrabas saltando, corriendo y riendo. Pero a pesar de las monjitas peligrosas logramos hacernos paso y llegar hasta adelante para quedar paradas en un muy buen ángulo: cerca del altar, al lado de las vallas y de las pantallas gigantes.
La espera de 4 horas hasta que empezó la misa se hizo más que rápida y divertida. Entre los mates, las croissants, y las charlas con un grupo de monjitas mendocinas se nos pasaron las horas como si nada. El día era GLORIOSO! un sol espectacular que nos daba un calorcito lindo. La Plaza llena de gente FELIZZZZ, sonriente, y exaltada. Las banderas latinas flameaban infladas de orgullo y una bandera gigante de San Lorenzo resalta en toda la explanada. Yo miraba a mi alrededor y ya, de antemano, se me llenaban los ojos de lágrimas... porque lo más importante para mí no era sólo el hecho de poder estar ahí dándole la bienvenida al nuevo Papa, sino que lo más emocionante era estar compartiendo ese momento con una multitud de gente tan grande, tan linda y tan unida. Esa es la Iglesia: la gente unida por la Fe y el amor a Dios ante su presencia. Eso fue sin duda lo más valioso de toda esta experiencia.
9.30 am en punto y empiezan a sonar las trompetas!! Bergoglio aparece en el Papa movil y nos pasa por al lado saludándonos con una sonrisa extrema, bondadosa y relajada. Las monjitas gritaban como locas y yo me reía, le sacaba fotos y le pedia a Dios que lo bendiga.
Después de que el Papa movil recorrió toda la Plaza, un coro de ángeles terrenales dió comienzo a la misa...
Y cómo contarles todo lo que me pasó por adentro durante esas dos horas que siguieron? Respiré esa energía cálida que venía de todos los que estábamos ahí presentes rezando al mismo tiempo. Otra vez ese escalofrio fuerte que me recorria todo el cuerpo, otra vez las lágrimas explotaban de alegría y otra vez la sensación de elevamiento. Dios estaba ahí presente en ese lugar y momento. Su presencia era intensa porque se manifestaba en cada una de las millones de personas que estábamos compratiendo esas oraciones, cantos y agradecimientos. Fue increible!... y de vuelta, Bergoglio no era tan importante en ese milagro que estábamos viviendo. Él, como nosotros, era uno más... ni mejor ni peor, igual... un hermano más celebrando el milagro de esa unidad... y él lo sabe porque es sabio, humilde... y resaltaba justamente por eso.
Me pasé toda la misa rezando, por mi familia, amigos y enemigos si es que los tengo. Recé tanto por la Argentina! recé por la unidad, por los más humildes, los más débiles y los enfermos. Recé y recé y pedí perdón y agradecí eternamente por tanto amor que tengo. Y siguiendo las resonantes palabras de Bergoglio, le pedí a Dios que me guie y me ayude a ser CUSTODIA de todo lo creado... incluído mi corazon, mi alma y mi cuerpo.

7) Como les decía al principio, todavía estoy procesando todo lo vivido, lo sentido y los cambios generados al respecto. Cambió un poco mi Fé, mi esperanza y mi pensamiento. "No nos dejemos convencer por aquellos que nos dicen que no se puede hacer nada, que las cosas no pueden cambiar y que no hay remedio" decia hace unos días el nuevo Francisco. Sus palabras se resuenan todos los días en mi cabeza.
"Dios es misericordioso y nunca se cansa de perdonarnos porque su amor lo supera TODO... por lo tanto NO seamos nosotros los que nos cansemos de pedirle perdon".

8) Una vez más, despues de cientos de años viene un Francisco nuevo... que devuelta viene a recordarnos la importancia de las cosas simples, de cuidar y no desperdiciar lo creado. Nos re-enseña que la humildad es más noble que la soberbia, que la nobleza pasa por ser poderoso de espíritu y no de fuerza, que todos somos iguales más allá de los títulos y privilegios y que TODOS tenemos que cuidarnos mutuamente y cuidar todo lo que existe en el mundo entero.
Me emociona cada vez que lo pienso. Dios nos bendice una vez más con un hombre común que el Espíritu Santo elige para que nos guie en estos tiempos que nos tenian desesperados, desorientados, confundidos y enfrentados. Recemos todos para que se nos abra el alma y podamos dejar entrar todo los conceptos que se nos revelan a través de Francisco en esta nueva era que me tiene ilusionada.

9) Una última reflexion sobre la Argentina: lamentablemente dejé de creer en los votos y en la supuesta Democracia hace ya un tiempo. Creo verdaderamente que a nuestro querido país lo han transformado en una dictadura de abusos, odio, robo, hambre y enfrentamientos. Pero hoy me salta la ilusión que creía perdida porque escucho las palabras de Dios reveladas en el nuevo Francisco y vuelvo a creer que todavia PODEMOS. "No nos dejemos convencer por los que dicen que todo esta perdido"... gente... no nos dejemos!
Dejé de creer en los votos y en las mentiras de los falsos elegidos democráticamente, pero en Dios creo y creeré eternamente hasta el día en el que lo abrace en el cielo. Escuchemos lo que viene a decirnos y entreguémonos a ser parte de un cambio que entre todos PODEMOS.

10) Los adoro! perdón por lo larguísimo... y espero que lo hayan disfrutado y lo hayan vivido un poquito conmigo.

Besoosssss

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