EL FESTIVAL DE LAS LUCES






5/11/11 Cuenta una leyenda hindú que hace muuuuchos años, un día como hoy, un príncipe llamado "Rama" se enfrentó en una batalla tremenda contra el demonio (conocido como "Ravana") y lo venció, recuperando a su amada esposa "Sita" que había sido raptada por la bestia satánica. Resulta que esto aconteció en una noche sin luna, oscura y tenebrosa... y el príncipe emprendió la vuelta a su ciudad "Ayodhya" tal vez un poco perdido en las tinieblas y enceguecido. Por eso, los ciudadanos de Ayodhya decidieron llenar las murallas y los tejados con luces y flores. Millones de lamparitas de aceite iluminaron toda la ciudad y gracias a eso los príncipes Rama y Sita fueron guiados por las luces hasta su destino. Y, desde aquel momento, en gran parte de India (y en Londres también!) se celebra hoy el Festival de las Luces, mejor conocido como "DIWALI".
Por supuesto que yo no sabía absolutamente NADA de todo esto cuando una amiga norteamericana, Christie, me invitó a ir a la "Diwali Party" con ella. Es decir, sabía que era una fiesta hindú que se celebraba todos los años en la Universidad, pero no tenía mucha más información que eso. O sea, en LBS hay fiestas casi TODOS los días... y uno no se pone a investigar sobre cada una porque no hay tiempo! simplemente compra los tickets o acepta la invitación... porque uno sabe que la satisfacción está garantizada sin importar el motivo, el origen o el programa del evento. La cuestión es que le dije a Christie que sí, por supuesto, y sobretodo teniendo en cuenta que Joaco iba a estar todo el fin de semana en una gira de rugby en Fontainebleau, Francia y yo estaba destinada a pasar el sábado y domingo sola y quizás algo embolada.
Así es como el viernes lo despedí a Joaco que se fue a su viaje de rugby, chocho y entusiasmado con la idea de jugar un partido en contra del equipo de la universidad francesa INSEAD. Y yo un poco asustada porque hace mucho que el no juega al rugby, y francamente no es un deporte que a mi me guste o entienda... o sea, ¿cual es la gracia de empujarse, tirarse al piso, golpearse la cabeza, quebrarse algún hueso y terminar hecho pelota?. Lo veía empacar sus hombreras, su protector bucal y el gorro espumoso para proteger la cabeza (que YO le obligué a comprar en contra de su voluntad) y pensaba: Dios mio! Que locura! Que violencia!... pareciera que, como el príncipe Rama, se está yendo a la guerra.
Ese día me encontré por primera vez sola en Londres, con un poco de jaqueca y extrañando a mi príncipe, preocupada, pero a la vez tranquila y disfrutando de reencontarme conmigo misma... cosa que a veces también se extraña. Así es como, después de pasar un viernes relajado, con una despedida, 2 ibupirac y una película, el sábado arranqué tempranísimo y a la tarde me encontré con Christie en Starbucks para tomar un cafecito y salir juntas de shopping con un objetivo MUY divertido: comprar nuestros atuendos hindúes para la fiesta de la noche, o sea los "SARI", que son los vestidos típicos.
Después del café con coockies partimos rumbo a Wembley, un barrio en donde hay muchos negocios hindúes, según una amiga de Christie que le había dado asesoramiento. Y la verdad es que dicho y hecho!! porque cuando nos bajamos del subte ya no parecíamos estar en Londres sino en algún barrio de Nueva Delhi!!... aclaro que no conozco India, pero es una forma de decir que en este lugar no había absolutamente NADA londinense. TODO era hindú: los restaurantes, los negocios, los mercados y la gente. Nosotras FELICES!! habíamos llegado al lugar indicado porque estaba lleno de vidrieras con Saris por todos lados. Yo no lo podía creer, estaba fascinada!! porque realmente eran LINDÍSIMOS... llenos de colores, bordados, piedras y telas diferentes que formaban dibujos con diseños espectaculares. Pero claro, apenas entramos a la primer tienda nos dimos cuenta de que, después de todo, SÍ había algo londinense: LOS PRECIOS!! que estaban en libras y eran como los vestidos: sorprendentes! Demasiado caros para nuestro presupuesto de estudiantes asique seguimos caminando hasta que encontramos una especie de equivalente a lo que sería un H&M hindú con ropa super linda y a precios razonables.
A pesar de la gentileza y asesoramiento de las vendedoras, debo confesar que nos costó bastante elegir un Sari... porque claro, no teníamos NI IDEA de NADA. No sabíamos que tipo de Sari había que usar en una fiesta de noche, o de qué colores, o qué tipo de tela... y ni hablar de cómo ponérselo!!! Es todo un arte y una verdadera pesadilla para las novatas como nosotras que nunca lo hicieron. Pero bueno, después de estar una hora en los cambiadores luchando con los saris, les aseguro que ahora soy casi una experta en el tema (la que se quiera poner un sari, que me llame y le doy clases sobre el proceso). Al final, sigo insistiendo, acá en Londres todos los días se aprenden cosas nuevas, muy interesantes por cierto.
A la noche nos juntamos en mi casa y con Gorillaz de fondo nos pusimos los saris y el tercer ojo en la frente. Llegamos a la fiesta que era en el Hotel Radisson y estaba LLENO de gente, todo LBS estaba ahí y la mayoría con atuendos hindúes como nosotras, por suerte!. Estuvo BUENÍSIMO!! ya con solo ver el salón repleto de colores, brillos, turbantes y telas preciosas era todo un espectáculo... y después vino la comida y los bailes. Había grupos de estudiantes que bailaban coreografías de danzas hindúes lindísimas. Además era muy divertido ver a estudiantes de todas las razas y colores vestidos y bailando como hindúes.
Después, al final de la noche, se armó baile generalizado con música internacional de todos lados. Y, entre la comida picante, el sari y el agite, nuestros cuerpos estaban por caer deshidratados, asique con Christie decidimos dar por terminado el asunto y volvernos.
Al otro día me desperté temprano, almorcé, me puse a hacer un par de cosas, y cuando quería ver ya eran las 3 y media de la tarde y se había hecho de noche temprano. Al igual que en la leyenda hindú, resulta que estamos pasando por la época de las noches más largas y oscuras del año... asique, aunque eran las 4 de la tarde, prendí todas las luces de la casa y... una hora después, tal vez guiado por la luces, llegó mi príncipe, todo golpeado y averiado: la naríz lastimada, un dedo super hinchado y todas las rodillas raspadas. Venía de luchar con el demonio y había luchado muy bien, habían ganado. Ahora estaba de vuelta en casa... en una noche oscura, pero iluminada. Como les dije al principio, la fiesta DIWALI se festeja en India y también en Londres... en mi casa.


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